"Antígona" de Sófocles (Análisis literario- Entrega 1)
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La ventana de Lira
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"Antígona" de Sófocles
Análisis literario- Entrega 1:
Marco histórico, Sófocles, introducción al teatro griego
TÍTULO: Antígona
AUTOR: Sófocles
EDITORIAL: Gredos, 2010
Nº DE PÁGINAS: 128 páginas
ISBN: 9788424903428
PRECIO: 13,00 €
Sinopsis:
Entre las siete tragedias de Sófocles (c. 496-406 a.C.) que se han conservado completas, Antígona ocupa sin duda un lugar privilegiado. Como figura heroica la trascendencia de la protagonista ha propiciado innumerables relecturas a lo largo de los siglos (con una excelente acogida en el teatro contemporáneo) y ha dado pie a especulaciones filosóficas de todo pelaje. El personaje, encarnación del conflicto entre individuo y sociedad, lo consiente y lo aviva. Creonte, rey de Tebas, impone la prohibición de dar sepultura a Polinices, alzado contra el estado y muerto en lucha fratricida. Antígona, contraviniendo esas órdenes explícitas, arroja un puñado de tierra sobre el cadáver de su hermano, proporcionándole así un enterramiento simbólico. La valentía con la que afronta la situación contrasta con la actitud de su hermana Ismene, sumisa al poder establecido. Antígona, por su desobediencia, pagará con su vida, pero arrastrará a Creonte a la desgracia. La obra de Sófocles, especialmente Antígona y Edipo Rey, se ha convertido con el curso del tiempo en el paradigma de la tragedia griega, y sobre ella descansa en gran medida nuestra comprensión de este género y de sus implicaciones filosóficas y religiosas.
Análisis literario
Como no quiero que sea una entrada muy larga, en esta primera entrega haré alusión al marco histórico, el autor y una introducción sobre el teatro de Sófocles y sus carácterísicas, para en una segunda entrega meterme de lleno en la obra de Antígona.
Marco histórico
Es evidente que en Sófocles hay una constante preocupación por conseguir una depurada dramaturgia en su teatro. En su obra podemos constatar las inquietudes espeirituales de su momento histórico.
Precedentes:
Nace en el Siglo V a.C. en Atena. Este fue el siglo de oro en Grecia, siendo un momento de apogeo intelectual ateniense. Lo que caracteriza al S. VI en toda Grecia es el nuevo estatus político: la tiranía.
Etapa contemporánea:
Sófocles gozó de una larga existencia y su vida se extiende a lo largo del S. V. Este siglo se puede dividir en 3 períodos:
- Primer período: Es la consecuencia directa del planteamiento derrocador de la tiranía, del compromiso realista y práctico, tanto por parte de la nobleza como del pueblo, por llegar a una convivencia pacífica.
- Segundo período: Afianzamiento del poder popular.
- Tercer período: Los dos grandes bloques ideológicos del mundo griengo, el bando ateniense de un lado, democrático y progresista, y el bando espartano de otro, oligárquico y reaccionario. Se declara la guerra, comienza así la Guerra del Peloponeso.
Sófocles
Vida
Entre las diversas opciones propuestas en torno a la fecha el nacimiento de Sófocles, se piensa que la más ajustada es la que nos proporciona del Mármol de Paros, que sitúa el hecho en los años 497-496. Sófocles pertenece a la segunda generación del S. V y también se extiende a lo largo de la tercera. Sófocles nace en una familia ateniense acomodada. Su padre Sófilo era un fabricante de armas. Recibió en su juventud una educación esmerada. De su mujer Nióstrata tuvo un hijo, Iofonte, que también fue poeta trágico; pero de una extranjera tuvo otro hijo, Aristón, del que a su vez nacería Sófocles el Joven, nieto preferido de su abuelo y también como él, autor dramático.
Sófocles intervino alguna vez en los asuntos públicos de la ciudad. Sobre la fecha de su muerte tenemos datos más seguros que sobre su nacimiento, 406-405.
Ideología
Sófocles es un hombre religioso, un hombre preocupado esencialmente por la relación de la acción y destino humanos en su conexión con el orden del mundo, órden éste que ha sido determinado previamente de forma inmutable por los dioses. En Sófocles hay dos esferas de actuación: una divina, que determina el orden de la existencia humana y marca el camino de actuación del hombre; otra, la humana, que debe acomodarse a la anterior.
El sufrimiento es un componente cosustancial del hombre. Esto es claro en los casos de un comportamiento como el de Creonte en Antígona, que, llevado de unas ideas netamente humanas, se atreve a alterar el orden divino de dar culto a los muertos. Pero para Sófocles, el sufrimeinto humano se da incluso cuando el héroe actúa de acuerdo con las leyes divinas, como vemos en Antígona.
Sófocles propone como norma de vida la sophrosýne, el reconocimiento de las propias limitaciones ante el poder absoluto de la divinidad. Sófocles propugna un nuevo tipo de ideal humano. Hay en él el abandono de una serie de presupuestos típicamente aristocráticos, como la afirmación absoluta en sí mismo del héroe; es una mezcla de sufrimiento y error, lo que está muy lejos del ideal de un Píndaro y nos encontramos así con un tipo de héroe más humanizado. De un lado, Sófocles comulga una serie de ideas de la nueva democracia, sobre todo con el esquema democrático propuesto por Pericles. Propugna una tendencia igualitaria entre los ciudadanos, por el mantenimiento de una serie de principios morales, por un respeto a los demás; en definitiva, por la implantación de un nuevo tipo de hombre que sobrepone el ideal heroico aristocrático de la época arcaica. Sófocles presenta también su lado antidemocrático. Intenta poner de manifiersto lo que no debe hacerse.
Sófocles como autor dramático
Sófocles supone para la tragedia griega un paso adelante de importancia. Cuando realmente podemos hablar ya de obras trágicas es al comienzo del S. V. De esa etapa la figura predominante es Esquilo. El teatro griego en estos momentos iniciales esquíleos presenta todavía una gran rigidez. Un elemento importante es el coro, que nos habla de su proximidad a los orígenes, pues el teatro nace de prácticas rituales en las que interviene un coro.
Tradicionalmente se viene atribuyendo a Sófocles una serie de innovaciones que van a agilizar el desarrollo de la acción dermática. De un lado, está la introducción de un tercer acto, hecho que Esquilo ya utilizó al final de su vida. Así la acción en la propia escena va a ganar en intensidad. Se podrá disponer de dos actores que intervengan en escena y reservar una tercera posibilidad para un repentino mensajero, cosa antes imposible.
El coro pierde su puesto de centro de la obra. El coro interviene menos y, cuando lo hace, se trata de una actuación corta, en al que predomina el carácter de reacción anímica ente la marcha de la obra, aunque esta generalización, como todas, no abarca la totalidad de las casos.
Supresión en la composición en trilogías.
Los diálogos se hacen más frecuentes y más vivos. Las grandes tiradas de versos características de los personajes esquíleos se acortan con Sófocles, y se intercalan partes dialogadas en medio, volviendo a continuación el personaje a tomar el rumbo de su exposición.
Sófocles inaugura lo que podríamos llamar un teatro moderno. Componiendo sus obras con un estilo más abierto y llano.
Se observan siete partes claramente distintas y que se dan en toda su producción dramática conservada, lo que podría llamarse el esquema de la tragedia sofoclea con mayúsculas. Es una segmentación general. Toda obra sofoclea se abre con el prólogo, cuya función es enmarcar la orientación de la obra, enmarcación ésta que será tanto en lo referente a la temática de la tragedia como a la postura en ocasiones de algunos de los personajes importantes.
Tras el prólogo, viene la párodos o entrada del coro en escena, es una parte cantada.
Después, tiene lugar la escena del mensajero, que trae una noticia de fuera y será el punto de arranque argumental de la acción central de la tragedia.
En Antígona, esta parte se desdoblará en dos escenas.
Después, tiene lugar el agón o enfrentamiento entre los actores. En él, se debate la problemática expuesta en lo que va de obra. En Antígona vemos cómo esta parte se amplía a tres enfrentamientos, ocupando una extensión respetable: Creonte-Antígona, Creonte-Hemón y Creonte-Tiresias.
Una vez concluido el agón, tiene lugar una escena típicamente sofóclea, el estásmo o canto del coro "en falso". El momento de enfrentamiento ha terminado y parece que ha sido con rumbo próspero. La situación antes sin salida se ha solucionado y todo parece marchar bien. En este preciso momento el coro entona un canto de alegría, porque el problema ha desaparecido y todo se ha arreglado. Sin embargo, esta alegría va a durar poco tiempo. En la escena inmediatamente siguiente se descubrirá lo equivocado del anterior optimismo.
El poeta utiliza o bien un mensajero o bien un personaje concreto en función de aquél, que de forma narrativa pone fin al argumento central de la obra. El poeta lo prolonga aún un poco mediante un período que podría llamarse "acción hacia el final de la tragedia".
Y hasta aquí, la introducción sobre el teatro griego y especialmente del teatro en época de Sófocles y sus caracteríticas, la cual espero que os haya gustado. En la siguiente entrega hablaré de la obra de Antígona, de sus personajes y de quién es el verdadero protagonista y haré un resúmen.
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¡Hola, Mari Carmen!
ResponderEliminarPues esta introducción no me ha gustado: ¡me ha encantado! Me parece genial que "rescates" el valor de obras clásicas como esta y nos recuerdes que, a pesar de las novedades actuales, hay cosas que siempre estarán ahí (a las pruebas me remito con esta Antígona") Debo reconocer (muy a pesar mío) que no la he leído pero, gracias a ti, eso va a tener un arreglo muy sencillo.
¡A ver esa segunda entrega!
¡Nos leemos!
¡Hola, Israel!
EliminarMe alagan y a la vez me asustan tus espectativas, jejeje. Espero no defraudarte en la próxima entrega y a la vez te animo a leerlo, seguramente te sorprenda.
PD. Siento las erratas que había, creo que ya he corregido todas, las prisas no son buenas, jejeje. ;)
¡Nos leemos!
¡Saludos!
¡Hola, Mari Carmen!
ResponderEliminarReconozco que no lo he leído y hay personas que me lo han recomendado pero no me convencían... hasta que he leído tu entrada :) Tiene una pinta fantástica así que va a mi interminable (y nunca mejor dicho) lista.
¡Un besito!
¡Nos leemos!
¡Hola, Laura!
EliminarSeguro que cuando leas la segunda parte de esta entrada te convence aún más para que vaya derechito a tu laaaarga lista, menos mal que es cortito, jejeje.
Otro beso para ti también
¡Nos leemos!